Misión en Puertollano, en cifras

Los claretianos trabajan desde hace años en Puertollano, municipio de la provincia de Ciudad Real que alberga uno de los barrios -el del ‘Pino’- de vida más dura de La Mancha. Llevan adelante distintas iniciativas en favor de sus vecinos, mayormente gitanos, mano a mano con otras instituciones. “Al final, se ha conseguido crear comunidad en torno a la
parroquia”, aseguran.

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TASA DE ABANDONO ESCOLAR

La tasa de abandono escolar de adolescentes cuando llegan al instituto es superior al 40%, y el absentismo escolar en niños de educación primaria es también muy elevado. Se han llegado a poner en marcha proyectos que se hacían cargo de despertar al niño entrando en su casa y acompañarle finalmente al colegio. La comunidad claretiana tiene locales habilitados para el
refuerzo extraescolar.

Más de 80 vecinos del barrio se encuentran en la cárcel y los misioneros de la comunidad de Puertollano realizan labores de acompañamiento. Hay familias que no tienen posibilidad de ir a visitar al preso, y ellos ponen el coche.

PRESOS

AÑOS CAMINANDO JUNTOS

Ciento veintitres años y más de doscientos misioneros unen esta diócesis manchega con la  Congregación. La comunidad que hoy vive y trabaja en Puertollano es heredera de la casa de Ciudad Real, fundada en 1895. De esta fecha, a la llegada de los primeros destinatarios a la nueva fundación de Puertollano, pasaron más de cien años. No fue hasta 1989 cuando se constituye la comunidad que hoy conocemos, y que tiene bajo su cargo la Parroquia de las Mercedes en el barrio del Pino, y la capilla de San Sebastián, ubicada en el barrio del Carmen, aunque ya llevasen en los poblados de Asdrúbal, El Muelle, Salas y Río Ojailén seis años antes.