Los desarrollos a la mejora de la especie humana, desde tiempos ancestrales hasta los no tan remotos, conllevan reflexiones de fondo. El ser humano ha evolucionado de la mano del conocimiento científico y tecnológico que ha ido adquiriendo durante siglos sin descanso. Pero ¿hasta cuándo? ¿Hasta dónde? ¿Dónde están los límites? Esa evolución permanente de la especie que desafía incluso a las leyes de la naturaleza perpetuando la vida, por ejemplo, más allá de lo que dicta el orden natural, ¿a dónde nos puede llevar si nos paramos a pensarla desde la ética, o a partir de implicaciones jurídicas?

Preguntas como estas dieron pie al encuentro celebrado ayer, 8 de abril, en la Universidad de Comillas de Madrid. Un encuentro conducido por el teólogo moralista José Manuel Caamaño, director de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión del ICAI y que contó con unos invitados de excepción: el abogado y político Antonio Garrigues Walker, el filósofo Fernando Savater y la Profesora de Bioética de la Universidad Francisco de Vitoria, Elena Postigo.

Delimitar los límites que alcanza la ética, o pensar en qué nos afecta la robótica fueron los primeros temas que se abordaron, pero los tres tertulianos fueron saltando de una cuestión a otra, hilvanándolas con un mismo hilo conductor, el de los desafíos que implican que la vertiente técnica del ser humano crezca en paralelo con la dimensión sapiencial. Especialmente interesante fue la primera parada del debate, el transhumanismo. Este concepto fue introducido por la pregunta que formuló el profesor Caamaño: “¿Podemos convertir a las personas en ‘buenas personas’ basándonos en la neurociencia?”. Y es que el transhumanismo habla de la aplicación de tecnologías para mejorar aspectos no deseados de la especie humana, como son, por ejemplo, el sufrimiento. La profesora Postigo se declinó por mantener una postura crítica a todo este movimiento científico. “Hay demasiados riesgos en intervenir en la vida de los más vulnerables, entre los cuales es más fácil atentar contra principios básicos de respeto a la dignidad que merecen, especialmente en cuestiones como la justicia, la libertad o la igualdad”, aseveró.

La cuestión de igualdad fue también tratada en la tarde de ayer. “Es bueno que haya desigualdad en nuestra sociedad para generar motivaciones”, comenzó Garrigues Walker. “Lo preocupante es la gran cantidad de desigualdad, y cómo va en aumento la concentración de riqueza en tan pocas manos”, continuó diciendo el empresario. “Si queremos cambiar esta situación, hemos de invertir en campos como el político, el jurídico y el ético, pues la capacidad que tiene la tecnología para revertir grandes situaciones de desigualdad es muy pequeña”, finalizó.

Seguidamente, a Fernando Savater se le preguntó por el contexto actual de la post-verdad y las fake news. “Hoy manejamos una gran cantidad de información, lo que provoca que aumente nuestra capacidad de impotencia. Es decir, no podemos influir en aquello que dista tantos kilómetros de distancia de nuestros hogares. Hay muchísimos sucesos que escapan a nuestro control, pero no a nuestro conocimiento”. Frente a tal problemática, “la solución pasa por ayudar a navegar entre todo este mar de informaciones”, sostuvo el autor de ‘Ética para Amador’.

A renglón seguido, Antonio Garrigues Walker introdujo una de los temas que más preocupan en el panorama político actual, la cuestión del populismo. “Del populismo hay que aceptar que la culpa la tenemos los no-populistas, pues temas como el Brexit, Trump, o el ascenso de la extrema derecha en Europa han alcanzado visibilidad gracias a los vacíos que van dejando las estrategias de los partidos políticos tradicionales”, comenzó diciendo. “Respecto a la cuestión de las migraciones, por ejemplo, se han abandonado muchos espacios en los que los populistas se han metido a opinar, cuestionando derechos humanos”.

“Antes se llamaba demagogia”, secundó Savater. “Y hoy, los mensajes breves y concisos de las redes sociales dan mucha más ventaja a las demagogias. De hecho cabe preguntarnos ¿qué haría hoy el jefe de propaganda nazi con un altavoz como Twitter?”

“Contra el populismo, fomentar la educación. Es el único camino”, consensuaron los tres, de la misma manera que sobre este tema se pusieron de acuerdo al comienzo de esta vibrante jornada.