En el día que sigue al jueves de Acción de Gracias, los mercados se preparan para vender sin más

Desde hace pocos años, la sociedad de consumo marca en su calendario el último viernes de noviembre. Cierto que en los supermercados nos venden turrón desde unas semanas atrás, pero el pistoletazo de salida viene dado por esta nueva costumbre que se ha impuesto de manera fulminante en España: la fiesta de la compra del Black Friday, en la que si no te lanzas a comprar cualquier cosa, parece que eres un ‘don nadie’.

Originalmente, en Estados Unidos, el primer viernes después del Día de Acción de Gracias, los comercios ofrecen grandes descuentos como preludio al inicio de la campaña de compras de Navidad. Hoy, y en menos de un decenio, también en Europa se ha impuesto el día en que el consumo más impulsivo se ha instalado. Tal como anunciaron el año pasado Fundación PROCLADE, SED y PROYDE en su campaña común a favor de un comercio justo, “cada vez compramos más y aun precio más bajo, pero no nos paramos a preguntar cuáles son las consecuencias de este consumo desaforado sobre las demás personas”.

Precisamente el empobrecimiento de los más vulnerables, sometidos al gran capital, junto a las consecuencias del deterioro del medio ambiente, fueron los mismos ejes en los que también se apoyó la campaña ‘Si cuidas el planeta, combates la pobreza’, una iniciativa de Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Justicia y Paz, Manos Unidas y Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES), que trabajan desde 2012 bajo el lema «Enlázate por la Justicia» señalando críticamente situaciones que nuestros ritmos de consumo están provocando en contra del derecho de los últimos.

Mirar más allá

Afortunadamente, no todas las tendencias importadas tienen ese halo de consumismo desmesurado. Desde otras organizaciones de la sociedad civil se ha comenzado también a trabajar en la sensibilización sobre las implicaciones de días como el Viernes Negro. Han surgido así acciones como el #givingtuesday, un movimiento global para incentivar a la ciudadanía en valores como la gratuidad y el ofrecerse, ya sea en algo material como alimentos o dinero, o bien voluntariado, productos de segunda mano, etc. Otras voces han puesto en marcha el Green Friday. Esto es, una campaña alternativa y ecológica impulsada por representantes de la Comisión Europea y las organizaciones ECODES, WWF y Ecoserveis, y que se marca el objetivo de desperezar conciencias y educarlas a favor de un consumo responsable y sostenible, a la vez que respetuoso con el medio ambiente.