Camino de Santiago, campo de trabajo en Basida y peregrinación a Taizé (Francia). Son las tres actividades que la Provincia Claretiana de Santiago propone a los jóvenes de cara a este verano. Hay tradición. Y muchísimos frutos

El Camino de Santiago no merece ningún comentario extra. El archiconocido recorrido que se propone desde el siglo XI, y que tiene como fin la tumba del apóstol Santiago en Galicia, es reconocido como “Itinerario Cultural Europeo”, además de haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad o de haber recibido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

El caso de Basida quizá no goce de tanto reconocimiento, pero en la historia de la Pastoral Juvenil de los claretianos, ocupa un lugar privilegiado. Basida es como una gran familia. La forma una comunidad cristiana, que desde los años noventa quiso servir a los más necesitados junto a todos los residentes que viven en alguna de sus tres casas (Aranjuez, Manzanares –en Ciudad Real– y Navahondilla – en Ávila–), y los voluntarios que están o han pasado por allí ayudando en alguna ocasión. Desde 1994, Basida ha estado presente en nuestra historia y nosotros no nos hemos querido separar de ellos. Tienden puentes hacia la vida, y quien transita por ellos no les olvida nunca. Es más, desea repetir cuanto antes.

 

Taizé es esa colina en el este de Francia en la que el Hermano Roger comenzó, hace 75 años, una aventura. Taizé, donde cada semana se reúnen jóvenes de muchos países. Allí hemos estado nosotros también en otras ocasiones, siempre en verano, con un grupo de peregrinos. A veces, incluso, en compañía de la pastoral Vedruna. Quienes han estado allí advierten que es mejor vivirlo que contarlo, aunque quizá lo mejor sea no contar nada y llevarte la sorpresa.

Las acciones conjuntas que organiza esta Provincia pretenden sacarle todo el jugo al verano, proponiendo actividades y experiencias que motiven a sincera búsqueda, que nos formulen interrogantes, y que nos planteen cómo amar más y servir mejor en nuestro complejo mundo del siglo XXI.